comenzamos con un masaje exfoliante a base de caña de azúcar, vainilla y canela, recorriendo todo el cuerpo con movimientos circulares. después de una ducha caliente disfrutaremos de un masaje con aceite de oliva (ácido oleico y vitamina e) que restaura la humedad y elasticidad de la piel, dejándola suave, regenerada y radiante.